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s.
XVII en
Laspuña |
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Nave
rectangular y cabecera recta separada por un fajón de medio punto que apea
en pilastras con capiteles-imposta pseudodóricos. Se cubren con bóveda de
medio cañón, ligeramente más baja la de la cabecera. Puerta a los pies en
arco de medio punto, con una ventana adintelada a cada lado y encima un
balcón que da al coro. Sobre la clave del arco de la puerta, la fecha
ANNO 1681. Espadaña sobre el muro de los pies. desde Laspuña en
dirección a El Casal, giramos a la derecha hacia Los Molinos, a 2,5 km
cuando empieza a bajar la carretera antes de llegar a San Lorién hay una
pista poco visible a mano derecha, seguimos esta pista y en unos 400
metros encontramos la ermita. La vista es agradable si bien unos depósitos
de agua la enturbian un poco. Es de destacar que a la izquierda de la
ermita está la casa del santero; en el dintel de la puerta hay una
inscripción de 1697 que reza así: "DOMINGO
LECINA, PRIMER ERMITAÑO DE LA FUENSANTA, 1697". Sin duda es
esta la última casa de santero habitada en el Sobrarbe, pues hasta hace
pocos años aún vivía aquí el ermitaño y su familia, que se trasladaron en
1963 a Laspuña. A la derecha de la ermita está la famosa fuente de tres
chorros que abastece a Laspuña y Aragüás, y sobre ella la inscripción de
1692. respecto a su origen, dice la tradición que el santo Beturián se
dirigía desde Laspuña hasta Aragüás -según algunos informantes iría
acompañado de su mujer Laura,
se refieren seguramente a Santa Maura; al pasar por este paraje y dado la
sed que tenían y sin donde saciarla, golpeó con su vara tres veces en la
roca y allí mismo brotó una fuente con tres chorros. Antaño se acudía a La
Fuensanta en tres ocasiones, el 12 de enero, festividad de San
Beturían, el 8 de mayo y el 8 de septiembre, Natividad de la Virgen. Se
salía a pie, en procesión, desde la iglesia de la Laspuña, hasta la era
Estebané. A partir de allí se seguía de forma dispersa hasta un poco
antes de la era de La Fuensanta, donde se juntaban otra vez. El ermitaño
salía a recibir la procesión con una cruz y los devotos llegaban a la
ermita cantando; también era habitual que asistieran vecinos de otros
pueblos como Aragüás o San Lorién. Hoy en día se acude únicamente el
primer domingo del mes de mayo, la romería del 12 de enero desapareció ya
hace tiempo y la del 8 de septiembre cayó en desuso al marcharse el último
santero. Ya no hay procesión como tal pues se accede en coche directamente
a la ermita; se celebra misa y se bendice un tonel de 50 litros de vino,
aportado por el Ayuntamiento, que se reparte a continuación, antiguamente
se trataba de dos boticos de 25 litros. Después los
asistentes comen a la sombra de unos chopos en la era próxima a la casa
del santero. Tras la comida y dependiendo del ánimo de los comensales, se
realizan diversos juegos, según nuestros informantes, antes se hacían
carreras pedrestres, el tiro de cuerda, corros...y por la tarde había
rosario. Era frecuente recurrir a La Fuensanta en caso de sequía. Con este
objeto se hacían rogativas de agua y novenas, nuestros informantes
recuerdan al menos dos, una llevada a cabo en los años 30, y otra, cuyo
recuerdo es reciente, en 1953, año que debió ser especialmente duro; este
año, después de numerosas novenas y viendo que no llegaba la esperada
lluvia, se organizó una romería en la que "hasta los hombres fueron
y muchos descalzos; y al final llovió". |
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