*Fuente texto http://www.romanicoaragones.com/1-sobrarbe/990281-murobellos.htm

 

 

Muro de Bellos es un lugar deshabitado dependiente del municipio de Puértolas. Desde lo alto de un cerro sus casas se disponen concéntricas alrededor de la plaza configurando un enclave defensivo al cual probablemente hace referencia su nombre. El término "Muro" indica una fortificación situada en la cota de mayor altura del entorno. De no ser así, el apelativo es "Murillo". Su estratégica situación dominando la confluencia del río Bellos con el Cinca y el curso de este río hasta el entremón del Cinca -hoy embalse de Mediano -dan pie a pensar en que fue en origen lugar defensivo y acaso ubicación de sencillo conjunto religioso-militar. La ubicación es evidente y también lo son los vestigios de que en origen el templo fue románico. Más adelante lo veremos.

Para llegar al lugar (2014-08-04) hay que tomar la pista que desde Escalona cruza el río Bellos por puentecito paralelo a la carretera. Es pista solo apta para vehículos 4 x 4. No es de las peores; pero en las zonas de escorrentías hay que circular con cuidado. Su longitud es de 4.300 metros hasta el pueblo. A medida que ascendemos zigzagueando las vistas sobre el valle del Cinca y de su entorno se van haciendo espectaculares). Al salir de una de las muchas revueltas del camino, a 1.500 m antes de llegar, la silueta de la iglesia y de una de las casas de su contorno oriental aparecen perfiladas en el horizonte a unos 600 metros en línea recta. La magia del teleobjetivo nos acerca los detalles del pueblo, incluso antes de llegar al mismo

He encontrado a través de internet información del lugar en los trabajos de Faustino Calderón y de mi amigo Cristian Laglera que me han servido de referente incluso antes de visitar el pueblo. He de agradecer a Adolfo Castán, sabedor de mi afición por las viejas piedras, el hecho de haberme enviado una fotografía del crismón que hay en su iglesia para completar mi serie de los crismones del Sobrarbe. El estímulo de tomar mis propias imágenes, indagar sobre su iglesia y conocer el pueblo han sido determinantes para llevar a cabo una agradable excursión veraniega a la que me acompañó mi hija Belén en esta ocasión.

La plaza del pueblo, pequeñita como es lógico, aparece cubierta de una alfombra verde de hierba . En su extremo oeste sobre un pequeño pilar, la cruz de hierro permanece en alto recordando lo que fue y ya no es (Imágenes 6 y 7). Frente a ella se alza la iglesia parroquial dedicada a santa María y a un nivel inferior haciendo ángulo, lo que fuera escuela y vivienda de los maestros. A poniente, paralelas al camino que sigue hacia San Vicente, una sucesión de bordas y pequeñas fajas verdes completan el paisaje local.

El lugar tuvo ocho casas. La última en cerrarse fue Casa Miguel, que junto a la iglesia forma el cierre este de la plaza. Marcelino y su hermana vivieron en ella hasta 2002. A la muerte de Marcelino, ella bajó a vivir a Escalona y el pueblo quedó deshabitado. En las siete dovelas del medio punto de su portada figura la inscripción: "AÑO 1778" a razón de un carácter por dovela. Las imágenes muestran el proceso de degradación de su caserío. Buena prueba de ello se obtiene comparando las imágenes 11a y 11 que corresponden a la chimenea de esa última casa que se cerró. La primera de Marina González publicada por Cristian Laglera en 2011 y la segunda, mía de tres años después. En su entorno, la vieja cocina de hierro - seguro que fue un lujo en su momento- y el ventanal de la falsa con sus cristales rotos completan el escenario del abandono.El ángulo sudeste de la plaza lo conforman la iglesia parroquial y lo que resta de la escuela y vivienda de los maestros (Imagen 15). El templo es de planta rectangular, posee un atrio añadido que resguarda su portada abierta en el hastial de poniente. Dos capillas laterales le aportan planta de cruz latina. Sobre la del lado norte se alza la torre campanario en a que muda queda una campana fundida en el año 1651 (Imágenes 27 a 29). La cabecera del templo cierra hoy con un muro plano aunque creo que en origen el templo fue románico y su planta bien pudo ser como la muestro en la imagen 40 en la que señalo la hipotética existencia de un desaparecido ábside semicircular apuntando al oriente sobre un precipicio que quizá fue la causa de su desaparición. En el ángulo formado por el lado norte del presbiterio y el lienzo este de la torre se acomodó una sacristía. Sacristía, torre y lado norte de la nave conforman el lateral de un pequeño camposanto en el que todavía se alzan recuerdos de los antiguos pobladores. Sobre la clave de la portada de la iglesia se halla el crismón que me dio a conocer Adolfo Castán y que fue la motivación de mi visita al despoblado. El muro de poniente del templo se está abriendo. El muro norte de la iglesia se vence hacia el cementerio y ha motivado la aparente grieta que recorre la bóveda del atrio, la separación a la izquierda de la pieza del crismón y el descenso parcial de la clave del arco de la puerta. Son más signos del lento pero progresivo proceso de degradación de los edificios del pueblo, incluida su iglesia

El crismón trinitario es una pieza magnífica labrada en un bloque cuadrado que forma parte estructural del lienzo exterior del hastial (Imagen 18) por lo que considero que no es una pieza recolocada, sino que se halla en su primitiva ubicación dando fe del origen románico del templo. El desplazamiento ya comentado del muro norte del templo ha tenido como consecuencia que la pieza que lo contiene esté suelta en dos de sus cuatro lados con el evidente riesgo de "desaparición" que ello supone por lo que considero debería de ser rescatado, restaurado y musealizado dado su evidente valor histórico. La abundante documentación gráfica derivada de mi visita posibilita de cara al futuro su inequívoca identificación y su origen. En lo formal, se trata de un crismón del tipo oscense de siete brazos con sus símbolos apocalípticos colocados de modo ortodoxo. Destaca el hecho de que el vano de la "P" no se haya rebajado por completo, sino que aparezca "lleno" lo cual es un hecho inusual tan solo visto en el crismón de Betorz con el que guarda muchas semejanzas. En los ángulos de la pieza hay esculpidas cuatro figuras. La que se halla sobre el símbolo "A" parece una letra omega invertida mientras que las otras tres son caritas bien identificables a pesar de la capa de azulete que reboza la pieza. (Algo similar pasaba en Betorz hasta que se liberó de las capas de pintura y se pudieron identificar detalles de gran interés. El aro marco, brazos, símbolos apocalípticos y detalles de las esquinas están labrados en notable relieve destacando del fondo y aportando prestancia a la pieza. En el centro de la misma hay un pequeño botón sobreelevado, también al modo de lo existente en Betorz. Creo, como expuse en el monográfico enlazado más arriba, que el crismón de Betorz fue labrado por los mimos canteros que tallaron los capiteles románicos del claustro de Alquezar y que este de Muro de Bellos lo tuvo como referente. En el de Betorz, a imitación del capitel de la creación de Adán del claustro de Alquezar, cuatro ángeles representados por sus cabecitas sostienen la mandorla/aro marco de aquel crismón. En este de Muro de Bellos -a falta de su restauración y de poder apreciar otros detalles- la sensación que percibo me lleva a pensar más en tres personajes (acaso simbología trinitaria redundante) y en el símbolo omega referente al final, a la muerte La hiedra se está adueñando por completo del exterior del templo, contribuyendo y acelerando su degradación. Esa circunstancia impide valorar de modo claro sus muros. Sobre la portada, por encima del atrio añadido se abrió una ventana moderna que ilumina el pequeño coro. En su dintel figura la fecha de 1802 ("AÑO : 1802 & - R : DON: M. BDI"). Otra fecha la encontramos en la abatida hoja de madera de la puerta del templo:1805. El interior del templo, como es previsible, revela su abandono. Suciedad, muebles rotos, escombros, etc. La cabecera del templo hoy plana es, como he postulado, consecuencia de la remodelación tras desaparecer su cilindro absidal. Queda el presbiterio cubierto por bóveda de medio cañón, acaso la original; pero sin poder afirmarlo por estar cubierta de pintura moderna. Una imposta biselada recorre ambos muros laterales sin pasar al presbiterio. El altar es evidentemente recolocado aunque su losa parece ser la original. Queda sobre ella el ara de mármol blanco acompañada por telas rotas, restos de un atril de madera, algún cirio, etc. A los pies del templo hay un pequeño coro alto de madera. En los muros laterales encontramos los vanos de acceso a las mencionadas capillas laterales. La norte, más profunda se halla bajo la torre y posee un pequeño altar secundario . En una hornacina cubierta por medio cañón bajo el coro y excavada en el espesor del muro sur se sitúa la pila bautismal con su pie. Es gallonada y decorada con sogueado tanto en la pila como en las aristas de su pie. El estilo es tardío, con respecto al origen del templo; probablemente de los siglos XVII o XVIII.