Muro
de Bellos es un lugar deshabitado dependiente del municipio de Puértolas.
Desde lo alto de un cerro sus casas se disponen concéntricas alrededor de
la plaza configurando un enclave defensivo al cual probablemente hace
referencia su nombre. El término "Muro" indica una fortificación situada
en la cota de mayor altura del entorno. De no ser así, el apelativo es
"Murillo". Su estratégica situación dominando la confluencia del río
Bellos con el Cinca y el curso de este río hasta el entremón del Cinca
-hoy embalse de Mediano -dan pie a pensar en que fue en origen lugar
defensivo y acaso ubicación de sencillo conjunto religioso-militar. La
ubicación es evidente y también lo son los vestigios de que en origen el
templo fue románico. Más adelante lo veremos.
Para llegar al lugar (2014-08-04) hay que
tomar la pista que desde Escalona cruza el río Bellos por puentecito
paralelo a la carretera. Es pista solo apta para vehículos 4 x 4. No es de
las peores; pero en las zonas de escorrentías hay que circular con
cuidado. Su longitud es de 4.300 metros hasta el pueblo. A medida que
ascendemos zigzagueando las vistas sobre el valle del Cinca y de su
entorno se van haciendo espectaculares). Al salir de una de las muchas
revueltas del camino, a 1.500 m antes de llegar, la silueta de la iglesia
y de una de las casas de su contorno oriental aparecen perfiladas en el
horizonte a unos 600 metros en línea recta. La magia del teleobjetivo nos
acerca los detalles del pueblo, incluso antes de llegar al mismo
He encontrado a través de internet
información del lugar en los trabajos de Faustino Calderón y de mi amigo
Cristian Laglera que me han servido de referente incluso antes de visitar
el pueblo. He de agradecer a Adolfo Castán, sabedor de mi afición por las
viejas piedras, el hecho de haberme enviado una fotografía del crismón que
hay en su iglesia para completar mi serie de los crismones del Sobrarbe.
El estímulo de tomar mis propias imágenes, indagar sobre su iglesia y
conocer el pueblo han sido determinantes para llevar a cabo una agradable
excursión veraniega a la que me acompañó mi hija Belén en esta ocasión.
La plaza del pueblo, pequeñita como es
lógico, aparece cubierta de una alfombra verde de hierba . En su extremo
oeste sobre un pequeño pilar, la cruz de hierro permanece en alto
recordando lo que fue y ya no es (Imágenes 6 y 7). Frente a ella se alza
la iglesia parroquial dedicada a santa María y a un nivel inferior
haciendo ángulo, lo que fuera escuela y vivienda de los maestros. A
poniente, paralelas al camino que sigue hacia San Vicente, una sucesión de
bordas y pequeñas fajas verdes completan el paisaje local.
El lugar tuvo ocho casas. La última en
cerrarse fue Casa Miguel, que junto a la iglesia forma el cierre este de
la plaza. Marcelino y su hermana vivieron en ella hasta 2002. A la muerte
de Marcelino, ella bajó a vivir a Escalona y el pueblo quedó deshabitado.
En las siete dovelas del medio punto de su portada figura la inscripción:
"AÑO 1778" a razón de un carácter por dovela. Las imágenes muestran el
proceso de degradación de su caserío. Buena prueba de ello se obtiene
comparando las imágenes 11a y 11 que corresponden a la chimenea de esa
última casa que se cerró. La primera de Marina González publicada por
Cristian Laglera en 2011 y la segunda, mía de tres años después. En su
entorno, la vieja cocina de hierro - seguro que fue un lujo en su momento-
y el ventanal de la falsa con sus cristales rotos completan el escenario
del abandono.El ángulo sudeste de la plaza lo conforman la iglesia
parroquial y lo que resta de la escuela y vivienda de los maestros (Imagen
15). El templo es de planta rectangular, posee un atrio añadido que
resguarda su portada abierta en el hastial de poniente. Dos capillas
laterales le aportan planta de cruz latina. Sobre la del lado norte se
alza la torre campanario en a que muda queda una campana fundida en el año
1651 (Imágenes 27 a 29). La cabecera del templo cierra hoy con un muro
plano aunque creo que en origen el templo fue románico y su planta bien
pudo ser como la muestro en la imagen 40 en la que señalo la hipotética
existencia de un desaparecido ábside semicircular apuntando al oriente
sobre un precipicio que quizá fue la causa de su desaparición. En el
ángulo formado por el lado norte del presbiterio y el lienzo este de la
torre se acomodó una sacristía. Sacristía, torre y lado norte de la nave
conforman el lateral de un pequeño camposanto en el que todavía se alzan
recuerdos de los antiguos pobladores. Sobre la clave de la portada de la
iglesia se halla el crismón que me dio a conocer Adolfo Castán y que fue
la motivación de mi visita al despoblado. El muro de poniente del templo
se está abriendo. El muro norte de la iglesia se vence hacia el cementerio
y ha motivado la aparente grieta que recorre la bóveda del atrio, la
separación a la izquierda de la pieza del crismón y el descenso parcial de
la clave del arco de la puerta. Son más signos del lento pero progresivo
proceso de degradación de los edificios del pueblo, incluida su iglesia
El crismón trinitario es una pieza magnífica
labrada en un bloque cuadrado que forma parte estructural del lienzo
exterior del hastial (Imagen 18) por lo que considero que no es una pieza
recolocada, sino que se halla en su primitiva ubicación dando fe del
origen románico del templo. El desplazamiento ya comentado del muro norte
del templo ha tenido como consecuencia que la pieza que lo contiene esté
suelta en dos de sus cuatro lados con el evidente riesgo de "desaparición"
que ello supone por lo que considero debería de ser rescatado, restaurado
y musealizado dado su evidente valor histórico. La abundante documentación
gráfica derivada de mi visita posibilita de cara al futuro su inequívoca
identificación y su origen. En lo formal, se trata de un crismón del tipo
oscense de siete brazos con sus símbolos apocalípticos colocados de modo
ortodoxo. Destaca el hecho de que el vano de la "P" no se haya rebajado
por completo, sino que aparezca "lleno" lo cual es un hecho inusual tan
solo visto en el crismón de Betorz con el que guarda muchas semejanzas. En los ángulos de la pieza hay esculpidas cuatro figuras. La
que se halla sobre el símbolo "A" parece una letra omega invertida
mientras que las otras tres son caritas bien identificables a pesar de la
capa de azulete que reboza la pieza. (Algo similar pasaba en Betorz hasta
que se liberó de las capas de pintura y se pudieron identificar detalles
de gran interés. El aro marco, brazos, símbolos
apocalípticos y detalles de las esquinas están labrados en notable relieve
destacando del fondo y aportando prestancia a la pieza. En el centro de la
misma hay un pequeño botón sobreelevado, también al modo de lo existente
en Betorz. Creo, como expuse en el monográfico enlazado más arriba, que el
crismón de Betorz fue labrado por los mimos canteros que tallaron los
capiteles románicos del claustro de Alquezar y que este de Muro de Bellos
lo tuvo como referente. En el de Betorz, a imitación del capitel de la
creación de Adán del claustro de Alquezar, cuatro ángeles representados
por sus cabecitas sostienen la mandorla/aro marco de aquel crismón. En
este de Muro de Bellos -a falta de su restauración y de poder apreciar
otros detalles- la sensación que percibo me lleva a pensar más en tres
personajes (acaso simbología trinitaria redundante) y en el símbolo omega
referente al final, a la muerte La hiedra se está adueñando por completo
del exterior del templo, contribuyendo y acelerando su degradación. Esa
circunstancia impide valorar de modo claro sus muros. Sobre la portada,
por encima del atrio añadido se abrió una ventana moderna que ilumina el
pequeño coro. En su dintel figura la
fecha de 1802 ("AÑO : 1802 & - R : DON: M. BDI"). Otra fecha la
encontramos en la abatida hoja de madera de la puerta del templo:1805. El
interior del templo, como es previsible, revela su abandono. Suciedad,
muebles rotos, escombros, etc. La cabecera del templo hoy plana es, como
he postulado, consecuencia de la remodelación tras desaparecer su cilindro
absidal. Queda el presbiterio cubierto por bóveda de medio cañón, acaso la
original; pero sin poder afirmarlo por estar cubierta de pintura moderna.
Una imposta biselada recorre ambos muros laterales sin pasar al
presbiterio. El altar es evidentemente recolocado aunque su losa parece
ser la original. Queda sobre ella el ara de mármol blanco acompañada por
telas rotas, restos de un atril de madera, algún cirio, etc. A los pies
del templo hay un pequeño coro alto de madera. En los muros laterales
encontramos los vanos de acceso a las mencionadas capillas laterales. La
norte, más profunda se halla bajo la torre y posee un pequeño altar
secundario . En una hornacina cubierta por medio cañón bajo el coro y
excavada en el espesor del muro sur se sitúa la pila bautismal con su pie.
Es gallonada y decorada con sogueado tanto en la pila como en las aristas
de su pie. El estilo es tardío, con respecto al origen del templo;
probablemente de los siglos XVII o XVIII.
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