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Dejamos
el coche en el parking de Saravillo y subimos a la plaza del pueblo, allí
a la izquierda sale el camino que indica "Al refugio de Armeña", lo
tomamos y pronto encontramos las señales que indican al Ibón de la Basa de
la Mora; al principio hay una fuerte subida de unos 15/20 minutos y
llegamos a una zona que llanea y serpentea entre bojedales y una
exuberante vegetación, de esta manera cumplimos la primera hora del
recorrido, después empieza, tras haber cruzado un arroyuelo, una pendiente
muy pronunciada que pasando por un aljibe con varios chorros de agua nos
lleva a confluir con la pista, andamos por ella 10 minutos y otra vez
cogemos la senda que repetidas veces cruza por la pista, en una de ellas
decidimos continuar por la pista que si bien da más rodeo también hay que
reconocer que resulta más cómodo y sin dejarla nos desemboca en el refugio
Lavasar, M.U.P. 96, situado a 1.928 metros de altitud; desde este refugio
hasta el ibón se tarda en llegar 20 minutos por el PR-15 que en este tramo
es una preciosa senda bordeada de praderas donde el ganado pace mansamente
y ajeno a todo tipo de "estress", por fin y no exentos de un cierto
cansancio llegamos al ibón, en esta época veraniega bajo de agua pero con
todo resulta una vista y un entorno maravillosos ubicados a pie de unos
gigantescos picos montañosos. El regreso, tras tomar algún alimento para
reponer energías lo hacemos en su totalidad por la pista que en verdad es
más larga pero al ser de bajada el tiempo empleado es el mismo que nos
llevó hacer la subida; por ello después de 7 horas de caminar llegamos a
Saravillo, satisfechos y un poco cansados, pero sobre todo sedientos
debido al calor reinante de manera especial en el regreso.
LA LEYENDA - "Si subes al Ibón de
Plan o Basa de la Mora en la noche de San Juan y te lavas la cara en sus
aguas heladas y azules antes de la salida del sol, verás que agua se
empieza a mover; al principio despacio y después cada vez más deprisa,
formando un vertiginoso remolino. Y en el mismo instante que aparece el
primer rayo de sol por Armeña se levanta repentinamente del centro una
forma brillante, y cuando el sol se ha extendido por el valle de la Basa
esa forma brillante se convierte en una hermosa mujer. Se queda plantada
encima de la superficie del agua como una reina en un palacio con suelo de
cristal y techo de estrellas. S la miras a la cara la encontrarás tan
bella como no hayas visto otra en la vida. Al momento comienza una danza
mágica, armoniosa, que embelesa. Se desliza por el agua tan ligera como el
aire. Los que la han visto dicen que va vestida desde el cuello hasta los
pies con serpientes enroscadas en el cuerpo, en los brazos y en las
piernas. Serpientes de todos los colores, rojas, verdes , amarillas,
azules portando plata, oro, corales y diamantes que brillan de mil
maneras. Dicen que la señora que baila en el ibón en la mañana de San Juan
es el alma de una princesa mora que se perdió entre las montañas del valle
huyendo de una de aquellas guerras entre moros y cristianos. Pero solo
puede ser vista la mañana de San Juan por las personas que tienen el
corazón limpio, por eso es necesario lavarse la cara en la Basa. Solo unos
ojos puros pueden ver a la princesa mora de las cumbres". |
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