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Fuente: HERALDO
de ARAGON (15-8-04) |
BUDA EN
EL CORAZÓN DEL PIRINEO |
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En 1985, una
comunidad budista llegó a Panillo (Huesca) para instalar su primer
centro de enseñanza y estudio en España. Bienvenidos a Dag Shang
Kagyu. |
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Al
final de una serpenteante y estrecha carretera y solo rodeado por
cielo y montañas, el calendario se transforma y entramos en el año
2131, el del Mono de Madera. estamos en Dag Shang Kagyu, un pequeño
Tibet en el Pirineo oscense. En un primer momento, el lugar puede
recordar a un parque temático tipo Port Aventura, con los saludos de
bienvenida en varios idiomas, los banderines decoran el espacio y el
colorido inunda todo, incluidos los edificios de corte oriental.
Pero la sensación de estar dentro de una especie de ficción con
inspiración tibetana no tarda en cambiar. Todo adquiere un
significado en este lugar dedicado al espíritu, desde el Buda de la
entrada hasta la última ofrenda del templo. |
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Un ejemplo, la misión
divulgativa de las banderitas que ondean por el lugar, cuyo fin es
transmitir las enseñanzas que llevan escritas y que el viento se
encarga de desplazar. O el hecho de que los edificios deben ser
rodeados en el sentido de las agujas del reloj, pues en esa
dirección es de donde viene la energía. Costumbres como estas han
viajado miles de kilómetros sin muchas alteraciones, mientras otras
se han adaptado a los nuevos lugares. En Dag Shang Kagyu, la jornada
comienza temprano. A las siete de la mañana, se realiza la
meditación matinal, que se vuelve a repetir a las siete de la tarde,
para poner fin a la actividad en el templo. El resto del tiempo se
dedica al estudio, a los cursos y retiros, y al mantenimiento de las
actividades y de las instalaciones. Por la noche, la casita de
ofrendas de luz es la encargada de alumbrar el recinto. decenas de
velas que expresan otros tantos deseos. Hace casi veinte años que
los monjes viven en Panillo, una pequeña localidad oscense con
apenas medio centenar de habitantes que, en 1985, se sorprendió con
la llegada de estos nuevos vecinos. La iniciativa fue del Lama Kalu
Rimpoche, un importante maestro de la escuela de Vachrayana y que
dentro de ella, transmitió los conocimientos de los linajes de Dagpo
y Shangpa - de ahí el nombre Dag Shang Kagyu - aunque hasta este
enclave se acercan a impartir sus conocimientos maestros de todas
las escuelas y lugares. Rimpoche quería, por un lado, dar a conocer
el budismo en España y las zonas cercanas y, por otro, crear un
lugar donde los practicantes más avanzados pudiesen estudiar y hacer
retiros. Así, sus discípulos buscaron el lugar idóneo de la
Península en el que instalar el centro y acabaron en Panillo,
después de haber contactado con "una señora francesa que tenía una
casita aquí - recuerda Tsering - ella nos prestó la parte de atrás
para que viniésemos a meditar", el lugar tenía la ventaja de estar
apartado del mundo, con la tranquilidad que eso conlleva, y, a la
vez cerca de ciudades como Zaragoza o Barcelona, al tiempo la casita
pasó a ser propiedad de la comunidad budista, que reconstruyó la
casita (hoy un albergue para 50 plazas) y adquirió otros terrenos
cercanos, todo ello en estas montañas del curso medio del río Esera,
provistas de la energía necesaria para la práctica espiritual. A Dag
Shang Kagyu no se viene a hacer turismo. Su misión es desarrollar el
espíritu según la tradición budista. |
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Adentrarse en el
conocimiento del budismo tiene la complicación del idioma tibetano y
la sencillez de un pensamiento que se puede resumir en una frase:
Hacer el bien. Las figuras que presiden el altar, no son dioses,
sino metáforas del propio credo budista: palabra, obra y pensamiento,
sus tres pilares. Y a sus pies, las ofrendas a los sentidos, pues
"la comprensión para desarrollar el interior se hace a través de
ellos", Agua para beber y lavarse; flores para la vista; incienso
para el olfato; luz para dibujar el conocimiento; agua perfumada para
el tacto; comida para el gusto y música para el oído. No hace falta
ser budista para acercarse a Panillo a hacer un retiro guiado por un
un maestro. todas las enseñanzas de estos más de 2.100 años de
tradición están recogidas en 84.000 volúmenes sagrados que, por esta
condición, también se colocan en el altar del templo, el lugar donde
se realizan los rituales y las ofrendas, siempre presentes, y al que
se debe entrar descalzo. La comunidad religiosa de Panillo vive en la
parte superior del templo, frente la cual se levanta el edificio más
característico del lugar. se trata de la Estupa, una especie de
relicario gigante que normalmente es cerrado pero que, en este caso,
tiene una parte abierta para meditar. A su alrededor, en una pared
están recogidos algunos de mantras, sílabas cuya pronunciación
contiene energía. Por eso se repiten una y otra vez en un rito similar
al Rosario católico, sobre todo por el cordón de cuentas que se
utiliza. Además del desarrollo espiritual, en Dag Shang Kagyu también
se puede estudiar el idioma tibetano, y la Shedra es el lugar adecuado
para hacerlo. A pesar de la abundancia de adornos y colorido, la
sencillez inunda tanto la forma de vida del centro como la mirada de
los lamas, cuyo guía espiritual es el Lama Drubgyu. Vestidos con sus
túnicas naranjas saludan a los visitantes en un tímido español y
sonríen a su paso, transmitiendo una agradable sensación de calma que
resulta extraña para una sociedad poco acostumbrada a trabajar el
espíritu. |
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UNA ANTIGUA HISTORIA
Refugiado en las
montañas del Himalaya, el budismo se originó en el siglo VI antes de
Cristo, como un movimiento monástico más que como una religión o
filosofía. El príncipe Siddharta Gautama, "Buda", fue su
fundador. La leyenda cuenta que al nacer, en una fecha sin precisar pero
próxima al año 623 antes de Cristo, fue visitado por el brahman Asita,
un asceta de gran prestigio que predijo que Siddharta sería un gran
soberano o un maestro religioso. Educado en la opulencia, a los 27 años y
vestido con harapos, Siddharta abandonó a su familia y renunció a sus
derechos. A partir de entonces, Gautama dedicó sus energías a alcanzar
la santidad. Sus enseñanzas se expandieron rápidamente por Asia a
través de sus discípulos. Pero la verdadera eclosión del Budismo
vendría en la segunda mitad del siglo pasado, después de que China
invadiera el Tíbet, donde los Dalai Lama llevaban años gobernando sin
injerencias extranjeras. El XIV Dalai Lama,Tenzin Gyatso, huyó a la
India, donde también vive Osel, el único lama español, y en 1989,
recibió el Nobel de la Paz.
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