Abizanda. Sobre la gran roca horadada destaca en el conjunto de construcciones de Abizanda la imponente torre del Castillo del siglo XI. Es el vigía del alto valle del río Cinca. Iniciada la Reconquista, el rey Sancho el Mayor de Navarra organiza un sistema defensivo con castillos y torres que se comunican visualmente. La torre de Abizanda y su castillo, encargada a maestros lombardos, data de la primera mitad del siglo XI y vigilaba el camino que ascendía desde Barbastro por el valle hacia los valles pirenaicos. Se construyó aprovechando el mogote calcáreo que se encuentra sobre el abrupto acantilado del barranco El Río, lo que le proporcionaba una defensa natural en su lado norte. Los muros son de piedra con una planta rectangular de 8,15 x 1,95 metros en las caras exteriores, con una superficie interior de 38 m² de planta; el basamento corresponde a una antigua construcción defensiva de origen árabe y está construido directamente sobre la roca. Con 24 metros de altura, el interior está dividido en 5 pisos: el primero de almacén; en el segundo se encuentra la puerta de acceso, situada en altura por motivos de defensivos y a la que se accedía siempre con escaleras de madera; los dos pisos superiores cumplían las funciones de vivienda, y el último era defensivo. La división de las plantas y el cadalso defensivo que coronaba la torre estaban íntegramente construidos en madera. En el muro este encontramos la capilla que todavía conserva restos de pintura, y a su lado hay abierto un estrecho cuarto en el muro con el retrete. El los pisos tercero y cuarto encontramos tres ventanas geminadas que ampliaban la visión del entorno.

 

Una calle del pueblo

   
 

 El cadalso defensivo ha sido reconstruido en su totalidad tras la rehabilitación y en la época de su construcción estaría abierto. La torre de Abizanda, por su calidad constructiva y por sus dimensiones, es comparable a la torre del castillo de Loarre y a la torre de Biel. Rodean la torre restos de las murallas del recinto fortificado. Extramuros, se construye en el s. XVI la magnífica iglesia de la Asunción. En el interior conserva las bóvedas de crucería y al exterior destacan los arquillos de medio punto representativos del estilo renacentista aragonés. Entre la iglesia y la muralla se construye en diversas épocas la abadía. Este edificio, restaurado, alberga actualmente el Museo de Creencias y Religiosidad Popular. Dentro del patio de armas, un torreón de la muralla envuelve el ábside de la primitiva iglesia románica del castillo. Este ábside se ha recuperado durante la restauración de la abadía.

 
 
Dos vistas del Torreón
Fuente textos:    http://www.staragon.com/abizanda/